De fronteras, de torres de Babel... y de gilipolleces.
![]() Así, tras explicar mi condición de gilipollas -y no sólo por la cara que se me queda cada día que compruebo perplejo la eficacia asesina y suicida de nuestra civilización-, por fin doy paso a una breve reflexión -y quizás debería llamarla más bien "deseo" o "anhelo"-. Y es que cuanto más mueves el culo por ahí, más te das cuenta de lo estúpidos que somos al poner fronteras en nuestro planeta, y con ellas también me refiero a las idiomáticas o lingüísticas, claro está. Ya que nos empeñamos en separarnos, ¿por qué no inventamos un Star-Gate y nos vamos cada uno de nosotros a tomar por culo a un planeta distinto, en el que se haga lo que nos de la gana y en el que hablemos el idioma que nos rote con nuestros "amigos imaginarios"?. Pero es evidente que los seres humanos de este planeta nos necesitamos, más de lo que nuestro orgullo puede admitir a veces, y aunque algunos estarían encantados -en teoría- de llevar a cabo la anterior propuesta separatista a través de una "puerta hacia las estrellas", por suerte no poseemos ninguna en la actualidad -y gracias a ello, seguramente en el resto de la galaxia pueden respirar tranquilos de momento, porque los pobres pensarán: ufffffffff... qué coñazo de seres humanos terrícolas, menos mal que no pueden viajar todavía..., que se queden en casa algunos milenios más y que aprendan varias cosillas bien aprendidas antes de venir a tocar los huevos a otras casas... Desde luego no están invitados a la nuestra, y a nadie que tenga dos dedos de frente le apetece visitar la Tierra abiertamente, pues su régimen dictatorial, si pudiera, nos recibiría a base de misiles, o mejor aún, con una horca bien bonita para cada uno, como han hecho con ese espantoso monigote asesino que han creado y que ya ha cumplido su función... Esperemos que algún día, si logran salir del lío en el que se han metido ellos solitos, podamos charlar tranquilamente. Ahora mismo tienen cosas mejores en las que pensar...-. Bueno..., existen otras propuestas que veo con mejores ojos que la de pirarnos a otros planetas para estar solitos, aunque tal vez a algunos les parezcan más de ciencia ficción -o de "cierta ficción", como diría mi querida esposa-. Lo positivo -y lo complicado- de estas ideas, es que cuentan con el individuo, y pasan por su maduración, y por la construcción de alternativas entre individuos que cooperan sin autoridades de ningún tipo, poniendo fin a los peligrosos caminos que en la actualidad transitamos como borregos encaminados al matadero o como lemmings directos al abismo. Voy a proponer una, por ejemplo: Como primer paso, los individuos de Europa dejarían de votar en masa, insatisfechos con todos y cada uno de sus politicuchos nacionales... También en Europa, las personas estarían descontentas con el rumbo de una Unión Europea que en realidad no avanza desde que se cambió la estrategia de matarnos entre nosotros por la de los intercambios comerciales, hace ya medio siglo... Así que lógicamente tampoco votarían en lo referente a la supuesta Unión Europea. Por supuesto, los individuos españoles no serían los primeros en darse cuenta de la crisis de esta farsa de sistema, pero terminarían por deslegitimar a sus políticos dejando de votar igualmente... Esta crisis a todos los niveles se "contagiaría" rápidamente por todo el "primer mundo", fruto del descontento y de la decepción en las personas, las cuales, al ver al de al lado quejarse, se darían cuenta de que ellos tienen tantos motivos para hacerlo, pues están igual de jodidos medioambientalmente y humanamente. Así, ante el tremendo caos y el miedo producido por el desmoronamiento del sistema actual, no habría más remedio que formar temporalmente un organismo mundial e interdisciplinar de crisis -sí, esa que tenemos ya en las narices, y una mucho mayor que se nos viene encima a velocidades de vértigo-. Dicho organismo estaría conformado por representantes temporales de todas y cada una de las razas, culturas y áreas del saber que existen en el globo, reunidos en comités y disponiendo de toda la información necesaria... y más todavía... Dicho organismo mundial estaría capacitado, con el refrendo de los individuos, para establecer temporalmente grandes líneas de actuación globales, como por ejemplo la ecología, la natalidad, los recursos, la energía..., dejando a niveles regionales y locales el resto de actuaciones puramente administrativas relacionadas o derivadas de las anteriores. Todo lo demás, es decir, el 99% de asuntos, quedarían en manos de la persona a partir de ese momento, y por supuesto los individuos controlarían en todo momento a dicho organismo mundial, para que velara eficazmente por un desarrollo sostenible, por una distribución de recursos equitativa y por un acceso mundial a la información, a la formación y a la cultura. Por pura lógica, se impondría el Esperanto como lenguaje sencillísimo para entendernos con todo el mundo, no haciendo falta ya traductores físicos ni electrónicos. Asimismo eliminadas las fronteras políticas, cada uno podría hablar cualquier idioma en cualquier lugar como medio para comunicarse con quienes lo comprenden, sin lenguajes impuestos ni oficiales -sean éstos mayoritarios o minoritarios-. Porque a nivel mundial se velaría por las diversas culturas del globo -obviamente las distintas lenguas estarían incluidas-, para que pudieran evolucionar junto con la globalización en función de ellas mismas y de su grado de extensión, de flexibilidad, de apertura, de logros, etc..., y sobretodo en función de los individuos que las componen y sostienen fundamentalmente, no de otros... Siendo un derecho de cada ser humano el acceso a las diversas culturas, con libertad para elegir cual o cuales le son más afines, pero sin que ninguna de ellas pudiera imponer maneras de pensar o de actuar, porque regiría en todo momento ese 99% de asuntos en los que la responsabilidad sería propia y puramente individual. Para asumir dicha responsabilidad cada vez más plenamente, pues no habría nada distinto del mismo individuo para asumirla, la persona debería estar suficientemente educada, formada y madura, lo que tardaría generaciones en lograrse paulatinamente, siendo los comienzos difíciles, arduos... pero dándose paso a una época de fluidez y cambios espectaculares. Por supuesto, ese organismo mundial se disolvería una vez encauzada la complicada pero necesaria crisis y asentados los presupuestos básicos para una paz global y permanente entre individuos, pudiendo ser convocado otro comité parecido para diversos cometidos que se vieran como necesarios por el conjunto de personas pobladoras del planeta en cada momento, como posiblemente el de pedir ayuda como humanidad a las más que probables civilizaciones extraterrestres que hayan logrado sobrevivir a etapas parecidas a la que atravesamos nosotros en estos momentos, pudiendo aportarnos ideas muy valiosas para salir del trance con mayor éxito -es decir, con menor dolor y mayor consciencia-. La sociedad de individuos que se asentaría en unas cuantas generaciones -no pocas- podría suponer un salto evolutivo semejante al del Neolítico, o mayor aún, pues el ser humano se vería libre de sistemas, de fronteras, de doctrinas, de poder... Por supuesto las religiones no tendrían cabida -si ya no se necesitan sistemas, mucho menos sistemas de creencias-. Y por fin los individuos podríamos evolucionar a pasos agigantados, pues seríamos más conscientes, transparentes y felices, más sanos y positivos, más fuertes, seguros y creativos, y actuaríamos simplemente como células maduras interconectadas, las cuales consiguen un resultado mayor que el de la suma de los resultados individuales, y todo ello a través del más perfecto de todos los sistemas posibles, que es, en mi opinión, la ausencia de todo sistema. Bueno, y hasta aquí mi utopía de hoy. Mañana más... Muuuuuuuuuuuuuuuuu |
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