¿Peligro?

Muuu!

Ayer, el presi Zapatitos dijo, durante el acto de clausura de la Conferencia Política del PSOE que "ahora hay una 'nueva extrema derecha' que quiere revisar la historia, deslegitimar las instituciones y poner en cuestión el resultado electoral". La frase en sí tampoco es para tanto, primero, es obvia, nos hemos dado cuenta de ello todos los seres vivos multineuronales, segundo, después agradeció "a la 'derecha democrática', a los nacionalismos y a la izquierda comunista que, con nosotros, han hecho posible tanto cambio positivo en España".
Vamos, otro momento de estupidez en nuestro inútil panorama político de este país.

Pero hoy nos hemos levantado con la semi-pseudo sorprendente noticia del día/mes incluso año: victoria política de la alianza de centro-derecha en Suecia por dos puntos. Como en baloncesto, igual.

Los izquierdosos de este país tienen la rara - y de origen desconocido - costumbre de referirse a los suecos, daneses y finlandeses como modelos a seguir en cuestiones como el buen uso y aprovechamiento de los impuestos recaudados, un excelente sistema educativo (chorrosopotrocientos idiomas aprenden en el cole), la enorme eficacia del sistema sanitario, que llega a todos y tiene más servicios en la cobertura mínima, y varios etc, etc.

Los socialdemócratas han gobernado 65 de los últimos 74 años y que llevan en el poder desde 1994. Mi pregunta, ante el cambio, es obvia: ¿Por qué? Es obvio que desconocemos lo que allí se cuece: he leído que aunque su economía es bastante buena, también tienen problemas de paro en los sectores habituales (juventud, mujeres, etc). También he leído que la tasa de violencia doméstica es nula, que los derechos civiles están más que avanzados, que la iglesia no tiene casi presencia en la vida pública y no tienen ningún problema de terrorismo. Tampoco parece que les lleguen avalanchas de cayucos llenos de inmigrantes ilegales.

Sinceramente, me jode desconocer tanto un país que, supuestamente, está tan avanzado en casi todos los aspectos o bien, me jode estar tan engañada por lo que siempre se dice, se comenta, te cuenta fulanito o te asegura menganita, ante lo cual, como suena bien, por supuesto, te dejas llevar y te lo crees, más que nada porque lo quieres oir.

Sí, vacas y toros, en el fondo, es lo queremos oir. ¿Quién de nosotros no ha soltado alguna perla del estilo a: "vaya puta mierda de seguridad social, llevo 14 horas en urgencias esperando a que me hagan unos rayos en la rodilla" (de las resonancias magnéticas olvídate, no existen, son un invento de Csi y House). Y tu interlocutor te responde: "Claro, es que aquí pagamos mogollón de impuestos y no sirven para nada, sólo para que ellos se llenen los bolsillos. Si estuvieramos en ------ [colóquese un país nórdico] tendríamos una seguridad social de puta madre, ellos pagan más impuestos pero luego les cubre todo, a mí no me importaría pagar más si luego no tuviésemos estos putos problemas".
Por ejemplo.

Bien, después de todo este rollo macabeo, me sigo cuestionando el por qué. Cierto es que no ha sido una victoria arrolladora, la alianza (de los 4 partidos) de centro-derecha (eufemismo aceptado) ha ganado sólo por dos puntos, pero el caso es que ellos van a ser los que partan y repartan el pastel (y se lleven la mejor parte!).
Esta búsqueda de por queses y motivos no está sola. Desde hace unas horas tiene una nueva compañera: la extrema derecha consigue entrar en el parlamento alemán. Y ésta si que es una sorprendente noticia. Muchos dirán eso de "qué esperabas, Nipona, en un país como Alemania, donde sigue habiendo mucho nazi revisado y, además, siendo un país que, habiendo estado a la cabeza de medio mundo, ahora están en una grave crisis.".

Desde cierto punto de vista, es verdad, lo suele mostrar la historia: país donde la gente se muere de hambre, país que recurre a la extrema derecha. Sin embargo, éste no parece el caso, simplemente, el ultraderechista Partido Nacional Democrático Alemán consiguió ayer, en las elecciones celebradas ayer en la ciudad-estado de Berlín, el 7.1% del escrutinio y con ello su entrada en el parlamento regional. El Partido Socialdemócrata alemán (SPD) fue la fuerza más votada (aunque han perdido el 10.8% del escrutinio) seguirá gobernando y como si aquí no hubiera pasado nada. O casi nada. Casi casi ni se nota, ¿no?

Pues yo, que soy una vaca plasta de cuidado, me sigo preguntando ¿por qué?. Y además, ¿qué consecuencias tiene este nuevo panorama político/social? ¿Será otra llamada de atención de la ciudadanía, harta y asqueada del sistema actual, como la que hubo en Francia hace unos años con ese ser llamado Le Penn? ¿Gira Europa hacia la ultra-derecha? Es decir, ¿comienza a hundirse esto ya o va a quedarse en mera anécdota?

A mí, sinceramente, me acojona.
Y para finalizar, unos datos: Cada vez son más países los que están al borde del colapso, ya van 26, Según un estudio publicado por el Grupo de Evaluación Independiente, unidad autónoma del Banco Mundial (BM).
Sin irnos tan lejos (aunque siempre es necesario mirar más allá de nuestras narices): Más de un millón de personas, un 3%, viven en España en estado de pobreza severa, osea, aquella en la que la renta disponible es inferior al 25% de la de un español medio. Otro 20% de los españoles está en situación de pobreza "moderada".
Me pregunto como se sostiene moralmente (económicamente ya lo sé, miremos esos 26 países y alguno más) la economía de un país en la que casi el 25% de la población no tiene para comer ni para dormir. Luego le sumas los que no entran en ese umbral, pero llegan peor que mal a fin de mes y supone bastante más de la mitad de la población.

Y me hago una nueva pregunta: estas personas, quienes lo hagan (muchos no lo harán, bastante tendrán con lo suyo), ¿a quién votarán?

Muuuu!