Fe y esperanza benditas...
![]() Aún así, tratando de ser humilde y abierto, compruebo que es sumamente difícil eso del respeto, y muchas veces la cago/cagamos... Y es que es complicadillo el respetar realmente a alguien que no piensa como tú, que no habla como tú, que no lee lo que tú, que no aprecia la misma música que tú, que no tiene tu orientación sexual, tu religión, tu cultura, tus gustos, tu filosofía de vida, tu, tu, tu, tu y tu... y mejor dicho..., yo, yo, yo, yo y yo..., y "a la mierda todos los que no son yo" -Mamá Ladilla, en su tema "Obcequeitor", genial para mi gusto-. Porque aunque consideremos todas esas cosas como meras convenciones sin la mayor importancia, o como simples instrumentos para funcionar en este mundillo... sin embargo tendemos a pensar que nuestra convención es la mejor, la más acertada, la más "verdad", la que más feliz hace, y la que todos se deberían aplicar para vivir mejor... Nada más lejos... Si esto es difícil individualmente, como rebaño es todavía más jodido... Porque muchas veces, si te relacionas con un grupo y no comulgas con todo lo que éste hace o dice, te machacan... Si te relacionas con un determinado rebaño y estas reses te ven un día con otro muy distinto, ya la has pifiado... Si escuchas música variada, ves cine variado o lees sobre diversidad de temas y con distintos estilos, para variar estás jodido, y el respeto se va a la la mierda en un "pliquis", porque al parecer, si aprecias tal cosa no puedes apreciar tal otra, y si aprecias mil cosas no aprecias ninguna... Y si eres distinto, acojonas hasta a los rebaños más pintados... -¡buuuu que viene el "lobo"...!, ¡a machacar entre todos al "lobo", "malo de la película", "raro", "anormal", etc...!-. Qué penita me da -y qué rabia en ocasiones..., cuando veo que lo sufre otro...- aunque no me dure mucho, tras pasarla por algún que otro filtro cerebral... Además, y para colmo, a veces confundimos o no entendemos el respeto y la empatía, y acto seguido uno comprueba que le meten en un bando, le ponen una etiqueta, tratan de manipularle, intentan bajarle a uno los pantalones por no se qué "buen" motivo, para al instante poder enchufarle al pobre desgraciado respetuoso y empático un enorme supositorio cuyos componentes suelen ser, mayormente, egoísmo y falta de respeto a partes iguales y en estado puro -va muy bien para irse a cagar-. Por tanto, evidentemente, el respeto como el amor, debe ser mutuo para que sea mantenido... -observando cada uno el equilibrio entre dar y recibir, en el que poder seguir haciendo ambas cosas-. Porque con algunas personas, si no cambian un pelín esa manía del supositorio, yo por lo menos, tiendo a brillar por mi ausencia, o a compartir lo justito, ya que si no, acabaría también faltándoles al respeto, y eso significaría exáctamente faltármelo a mí mismo -trato de hacerlo sólo en lo que yo considero una estricta legítima defensa y en casos muy puntuales, para lo cual hay que saber bien con quien compartes y hasta dónde, porque si no te puedes ver metido frecuentemente en este tipo de batallitas en las que siempre hacen falta dos personas en el ajo-. Pienso que es complicado -cada vez menos...-, pero trato de no atarme a nada ni a nadie, no ser de nada ni de nadie, y sin embargo intento respetar y compartir con independencia de tanta gilipollez -a mi entender-, de tanta frontera, tanto límite, tanto bando, tanto rebaño... Así que si me veis hoy con un rebaño, mañana con otro y pasado con tres más, no os extrañe, y tened bastante por seguro -nunca al 100%, lógicamente- que no soy de ninguno, que no defiendo ninguno y que no soy anti-ninguno, aunque pueda tener diversas afinidades con unos y otros, y diversos desacuerdos. Al respecto, me parece mucho más fácil respetar a los que cojean de mi misma pierna..., pero... ¿y a los que viven felices en otro establo distinto?, ¿y a los que les trae sin cuidado qué es lo que yo pasto o en qué campos lo hago?. La respuesta del millón de hostias podría ser: " pues a todos esos... que les zurzan..." -como mínimo no me interesan, cuando no les ataco, abiertamente o de refajilón...-. Trato de que no sea mi respuesta... Volviendo al principio, la cuestión es que como me importa un bledo la fe, la ideología, los gustos, los equipos de fútbol, las fronteras y demás... ya parece que carezca de "criterio"... Y una frase que me parece típica de aquel que tiene clarísima su secta -aunque sólo haya un miembro en ella- es, por ejemplo, la siguiente: "este tío es un veleta, va para donde sopla el viento..., todo le vale...". Y sin embargo, un "nada le vale", en realidad estaría más acertado en mi caso... Con la esperanza suele pasarnos más de lo mismo... Tienes que esperar algo..., si no, estás enfermo, estás muerto por dentro, no tienes ambiciones, etc... Pues yo prefiero no esperar nada..., y por experiencia, cuando espero las cosas tardan más en llegar..., o incluso las bloqueo y nunca llegan por mil razones, entre ellas la ansiedad... -y ello no me hace precisamente feliz...-. Sin embargo, cuando simplemente actúo sin esperar nada a cambio, y estoy abierto a dar y recibir, me llega todo lo necesario -ni más ni menos-, y me sorprende la simpleza de la vida -si no la complico yo mismo-. Para entendernos, diremos que está claro que tengo ideas -encefalograma plano no soy todavía-, pero trato de no atarme a ellas, y de estar dispuesto a revisarlas casi constantemente... También, por supuesto, tengo sueños, pero no espero que se cumplan, porque no los deseo -son más bien intuiciones que a menudo meses o años más tarde se materializan, para bien y a veces para mejor-. Además, podemos decir que está claro que tengo gustos y aficiones, pero también van cambiando, ampliándose, y por supuesto los veo tan buenos o malos como los de los demás... Y evidentemente, tengo un cuerpo con sus necesidades que atender, aunque para mí no sea más que una herramienta más o menos útil, más o menos duradera... Siguiendo con esta argumentación, pienso que aunque soy..., no soy mis ideas, mis sueños, mis gustos, mi cuerpo... y desde luego no me identifico con ellos..., porque van y vienen, nacen y mueren en mí cada segundo..., al igual que pienso de todo lo que está ahí fuera de mí, ese estar tan efímero, cambiante, relativo e increíble del universo... Y yo me pregunto, ¿realmente hay algo o alguien más importante que otro?. Pienso que no, aunque actúo como si mis cosillas -al igual que todas las demás- fueran "importantes" -pensando que no lo son, e informando de ello a todas mis partes, para que no se lo crean ellas tampoco...-. Al ser yo y mis cosas igual de importantes que las demás, carecen de toda importancia, o bien tienen toda la importancia, o más bien las dos cosas... Vamos, que el concepto "importancia" carece de sentido, en mi opinión... Y quizás os preguntaréis cómo coño se puede vivir así... ¿Cómo se puede vivir sin fe y esperanza, o lo que es lo mismo, como se puede actuar desde la duda y desde la relativización de todo?. Yo os diría que si para hacer algo tuviera que estar seguro, no actuaría jamás -en plan monje budista meditativo las 25 horas del día-. Pero actúo porque dudo -cuando no lo haga, me preocuparé... y dejaré de actuar, totalmente acojonado..., pienso...-. Porque sinceramente, yo me amo, y amo mis dudas, mis imperfecciones, mis errores, y en cada momento trato de comprenderme, de utilizar todas mis potencialidades, y actúo desde todo ello, no desde seguridades... Puede parecer que como actúas, debates, tienes ideas claras, compartes, etc... entonces es que tienes puntos fijos donde apoyarte para ello, y en mi caso, simplemente no creo en puntos fijos... No sé para dónde voy -vamos-, y no me pre-ocupa... Parece verdaderamente complicado vivir en el caos, en la duda, en el desapego, sin esperar nada, sin atarte a nada -y por tanto sin miedo a perderlo- ... Pero yo lo prefiero, y trato de ser flexible y de estar abierto al cambio diario, disfrutando de lo cotidiano, sin tener nada fijo, rígido o seguro... Es una convención como otra cualquiera, que en estos momentos me sirve... -entre otras cosas para disfrutar de la corta vida, para dar todo lo que pueda, para tratar de ser más humilde y respetuoso, y evidentemente, para no cometer el que en mi opinión es un error de los gordos, que es el de intentar cambiar a los demás, convencerles, llevarles a mi terreno y en último extremo, manipularles...-. A lo expuesto y a mucho más es a lo que yo llamo disfrutar del presente o fluir..., y es lo que me aporta un mayor orden, seguridad, aprendizaje, respeto, curiosidad, ilusión, paz... todo ello únicamente para ser capaz de dar más amor, lo que me permite vivir feliz... Para mí la vida es una aventura apasionante, y al vivirla con Nipona, todavía mucho más... Mugidos con mucho cariño a tod@s... |
Mugidos de otras reses (15)
| Envía tu propio mugido!
| Referencias de otros establos (1)